ANOTHER THEATRE'S MOON
Another Theatre's Moon nace de la fusión de varias experiencias teatrales vinculadas a la pedagogía, la investigación y el juego. La compañía de máscaras nació en 2020, en pleno encierro pandémico. Sus miembros, nacidos en Grecia, Brasil y España y todos ellos alumnos de la pedagogía de Jacques Lecoq, entienden el teatro como medio de conocimiento de lo humano entre culturas, tiempos, clases y géneros, y buscan en la máscara el posible nexo de comunicación entre las diferencias. En septiembre de 2021 la compañía desarrolló su primera residencia artística en Ferrol (A Coruña, Galicia) en colaboración con el Ateneo Ferrolán y la asociación que sostiene el antiguo cine Adriano.
La niña eléctrica es nuestra primera obra.
El colectivo Another Theatre's Moon inicia paralelamente la creación del archivo CEDOITEMA: Centro Documental Itinerante deL Teatro de Máscara.
La cultura humana brota del juego –como juego- y en él se desarrolla
J. Huizinga, Homo ludens
He trabajado con algunas compañías internacionales y participado en la fundación de tres grupos, que son MU Teatro, Cía. Lumière Fugitive y La sombra del oso. En todas se ha dado una constante: en mi empeño por presentarme como poeta trágico, todos mis intentos han sido transformados por mis colegas en material cómico agridulce. Esto me da muestras de que es difícil competir en desgracias con la realidad social y espectacular. Aunque, por otro lado, me alegra que la risa me rodee y provoque. No puedo negar mi agradecimiento.
Siento especial apego por la pedagogía, quizás porque entiendo el teatro como un modo social de juego y medio de conocimiento del comportamiento humano. No sé si prefiero observar o aprender.
El coro dramático lo considero el centro de esta experiencia, tanto en la formación de un grupo como a la hora de escribir. Ligado a la improvisación, lo que se persigue es establecer una estructura que permita la concreción e intensificación del juego. En el coro se despliegan las calidades vocales y los movimientos singulares. Coros y máscaras, dos modos de anonimato y elevación del nivel dramático.
Persigo también la figura del solitario como constante que inspira y abre terrenos, ofrece experiencias y establece tensiones a través de ópticas interesantes, acertadas o no, desplegando situaciones y diálogos críticos y festivos. Puede reconocerse como el Loco, la Sombra, el Idiota, el Héroe, la Testigo, el Payaso, el Desertor o la Diosa abandonada.
Cursó los estudios de interpretación gestual y movimiento en la Escuela Internacional de Teatro MAR NAVARRO y ANDRÉS HERNÁNDEZ, basada en la metodología de Jacques Lecoq.
Es en la BONT´S INTERNATIONAL CLOWN SCHOOL de Ibiza donde se forma como clown, de la mano de Eric de Bont. A lo largo de su trayectoria ha profundizado en esta técnica con otros maestros y maestras de la talla de Michael Dallaire, Christine Rossignol, Emanuel Sembély o Gabriel Chamé, entre otros.
Ha colaborado con Payasos Sin Fronteras en la expedición de 1995, que viajó a Sarajevo durante el conflicto bélico de los Balcanes.
Se adentra en el mundo de la improvisación formándose con Pablo Pundik y Borja Cortés, de Teatro Asura. Esto le sirve para fundar en 2009, junto a un grupo de amigos, la Compañía Gaditana de Improvisación, con quien sigue trabajando en la actualidad y que se ha convertido en referente de la improvisación en Cádiz.
Como actor, ha trabajado para la compañía sevillana Teatro del Velador, formando parte del elenco en obras de teatro clásico como El invisible príncipe del baúl o La cárcel. Esto le ha permitido participar en festivales como el Festival de Teatro Clásico de Almagro o el Don Quijote de París.
En 2018 comienza a trabajar para la compañía Las Ansiadas Producciones, ganando el premio a la Mejor Interpretación Protagonista en el Certamen de Teatro Villa de Frigiliana 2021 con la obra Las peladas, dirigida por David Roldán.
En la actualidad, forma parte del elenco de Paüra, de la Cía. Lucas Escobedo, obra finalista en los XXV Premios Max y ganadora del Premio al Mejor Espectáculo de Circo de los Premis de les Arts Escèniques Valencianes en 2021.
A lo largo de su trayectoria ha compaginado su trabajo de actor con el de la docencia, impartiendo clases de clown en sitios como el Estudio Ágora, el Espacio Entrecomillas o en el Centro Cultural de España en Bata (Guinea Ecuatorial).
Petersburg Institute of Performing Arts. Completa su formación con diferentes talleres: Keiin Yoshimura, Claudia Contin, Alberto
Velasco, Moveo, Residui Teatro etc.
Viaja a India para formarse en Kerala Kalamandalam University for Art and Culture en teatro sánscrito (Kutiyattam)
con Sangeth Chakyar y en percusión (Mizhavu) con Sajith Vijayan. Viajará hasta en tres ocasiones profundizando durante dos años en artes clásicas indias como Kathakali, Kutiyattam, Kathak, Kalaripayattu y Mizhavu.
Vuelve a Madrid para unirse a la Escuela de Mar Navarro y Andrés Hernández donde completa el primero de los dos cursos. Estudia con Carlos Tuñón en el taller de investigación para actores. Abre junto a otros actores el espacio Lo Etéreo donde realizan talleres para seguir investigando y aprendiendo.
Compagina el trabajo en diferentes compañías con la formación. Con Teatro A Bocajarro representa “El muerto
disimulado” en los festivales de Ciudad Rodrigo y Almagro, con La sombra del oso monta la pieza “Cuando las cabras juegan
a los dados”, colabora con Giradas en su nueva producción y con Another Theatre´s Moon está en proceso de creación de
una nueva pieza profundizando en el trabajo de la máscara expresiva.
La Escuela Internacional de Teatro Jacques Lecoq en París y la Escuela Internacional de Artes Performativas LISPA
(Arthaus), en Berlín, le dieron la primera pista de un cuerpo en movimiento y expresivo.
Su trabajo se inspira en diversas técnicas y disciplinas como la danza, el trabajo de la máscara, el circo, Shalin Kung
Fu, clown y títeres. Y la colaboración con varios artistas en estos campos nutre y enriquece su trabajo desde el punto de vista visual, textual, del imaginario y, en definitiva, del movimiento.
La danza teatro y la expresión gestual son un principio fundamental, una constante, en sus trabajos actuales.
Colabora con la Cía. Peninsular La Sombra del Oso en la búsqueda del universo de las máscaras expresivas. A través de la
expresividad de un teatro corporal, y con la máscara expresiva como código, exploran cómo contar una historia para un
público, la historia de La niña eléctrica.
El porqué del trabajo en torno a la máscara expresiva radica en un universo construido colectivamente a base de
momentos de encuentro, imágenes en movimiento sin usar la palabra, ya que la lengua de la máscara es universal, hablada
y entendida por todo el mundo, puesto que se trata del lenguaje de las emociones.
Quizá a lo largo de los años me he ido interesando de un modo más específico en la concepción de un actor físico en tanto que, rompiendo con el molde cartesiano, cuerpo y mente son una sola cosa indisoluble. Por lo tanto las acciones, pensamientos y relaciones con el entorno siempre son físicas. A ello atendemos y esa es la materia que moldeamos en nuestra profesión.
Dentro de este entramado con el entorno se consolida Another Theater’s Moon de La sombra del Oso. Particularmente considero que se ha instituido una familia de actores a través de una red de encuentros.
A algunos de los actores los he conocido con el proyecto, a otros de encuentros en trabajos previos, y otros nos acompañamos desde prácticamente el inicio de nuestras carreras.
Hablar de un único principio que le acompañe a uno no es sencillo. Mantenerse, conscientemente, en ese mundo de ensueño y en la realidad. Saber que nuestra labor es considerada casi siempre algo inútil y eso nos hace fuertes y débiles a la vez. Pensar que con que una sola persona de entre todo el público tenga una experiencia durante una función ya hemos tenido éxito.
El actor necesita silencio y al mismo tiempo necesita gente. Otro misterio. Hay principios, centros, claves que pueden alcanzarse, o al menos tocarse, gracias al trabajo con otros –mucho más y mejor, considero, si esos “otros” proceden de regiones, lenguas o culturas diferentes-. Y esto llega a darse en Another Theatre’s Moon, el grupo enmascarado de La sombra del oso.
Antes de estudiar en la Escuela de Mar y Andrés ubicaba la máscara en dos contextos principalmente: el Carnaval y la Commedia dell’Arte. ¿Me había puesto alguna vez una máscara antes de trabajarla en la escuela? No. Me había puesto muchas caretas, diferentes antifaces, pero no una máscara porque cuando sí lo hice, apareció la percepción de irradiar, de introducirse de una bocanada en un océano tan particular como espiritual y fantasmagórico. A la máscara le gustan las flores, dicen que le desagrada que la agarren de la nariz, le gusta ser envuelta en telas amables y cuando la retiras del rostro, por favor, no la dejes en el suelo. Ella es así y ¡quién sabe cómo es!
A día de hoy, cuando vienen amigos a casa y se las muestro observo quién ve una careta y quién una máscara. No hace falta más que notar cómo cambia el volumen de voz de los presentes. Y es que la máscara también exige calma, sutileza, tacto y silencio porque quizá su terreno verdadero sea el de los durmientes y soñadores…